Una prima nos cuenta de Susana

De Susana, ¡qué puedo decir! ¡Es mi ídolo! Es la hermana más chica de las hijas de mi tía Clara. Beatriz y Carla son parecidas a la tía, pero Susana es distinta. Es libre, no se adapta a las boludeces de mi familia. Estudió medicina y se recibió sin problemas, aunque siempre trabajó para estudiar. Pasó por todos los empleos que te puedas imaginar: desde un supermercado hasta la tintorería de un japonés. Parece que el dueño estaba loco por ella y la acosaba. Creo que el “ponja” se acordará siempre de ella, porque Susana le quemó el pito con una plancha.  Imaginate al japonés explicándole a la mujer, otra “ponja”, que se quemó con una plancha y no puede coger. Lástima que nos vemos poco, salíamos juntas en un tiempo, pero no le aguanté el ritmo; además, conocí a mi novio y me distancié. Nos hablamos por teléfono y a veces nos juntamos a almorzar. Yo la quiero, siempre quise mucho a Susana. Es la prima que más quiero. Las otras son unas boludas. (Comentaba la prima).