A Félix lo tuve de profesor cuando estudiaba medicina. Sí…, lo conocí siendo estudiante. Luego con él trabajé haciendo prácticas de Ginecología en el Otamendi. Es casado y tiene dos hijos. La nena es su preferida y estudia medicina. El nene tiene el carácter del abuelo, es un bohemio y es la mayor preocupación que tiene el tordo. Quiere seguir Filosofía y la madre, que estudie Economía. A ella siempre le gustó la guita y el buen vivir. Cosas de gringas venidas a más. Ella va por el lado de los mangos. Yo sé que él no la quiere, aunque no lo dice. Se vive quejando de ella: de los ravioles del domingo, de las camisas sin planchar, que no lo mima, que lo vive controlando, etc., etc. Además, según me cuenta, la mina es un desastre en la cama, una momia. Yo tengo comentarios que la mina lo engaña. Son chismes de terceros, aunque no lo puedo comprobar.
Cuando está conmigo lo siento feliz. Liberado. Pero me tiene cansada con el cuentito que va a dejar a la gringa el año que viene. Después de tanto tiempo, no le creo nada. Ahora estoy saliendo con un amigo. Estoy grandecita y, como podés imaginar, ya no vivo de promesas.
Comentaba Susana, una exestudiante y colega de Ginecología.
