06 – Primera presentación del programa

En un evento en un relevante hotel de la avenida Córdoba en el centro de Buenos Aires, en un salón especial para eventos,  la empresa de Alejandro presenta por primera vez Ecos al público. La cita era a las 19 horas. Estaban presentes: gente del ambiente tecnológico, pero también se había invitado a personalidades de la cultura y la sociedad porteña. Veamos, a continuación, algunos detalles de lo que sucedió.

Después de un generoso snack de bienvenida, se invitó a la gente a pasar al salón de conferencias y comenzó el evento con la muestra de varios Ecos de figuras históricas como Van Gogh, Shakespeare, figuras argentinas como Carlos Gardel y otros personajes famosos conversando con un humano al frente de un ordenador. La audiencia está fascinada y perturbada al mismo tiempo.

Alejandro (en el escenario), después del video inicial, comenzó su alocución:

 «Con los Ecos, podemos revivir conversaciones con los grandes del pasado. Podemos preguntar a Van Gogh sobre sus obras, a Shakespeare sobre sus intenciones en Hamlet. A Sábato  sobre el porqué de sus tristezas, oír cantar a Gardel con su peculiar figura. Es una ventana al pasado que nunca habíamos tenido.» 

Y continúo:

“Desde mediados de la década del 90, los chatbots han  aparentado ser  personas haciéndonos creer que son humanos y como hemos visto, basados ​​en el archivo digital almacenado de una persona real, pueden pensar e interactuar de manera bastante convincente con otros seres humanos. Dado que la mente ya no tiene que estar inmersa en la biología, los seres virtuales pueden vivir en un universo paralelo y continuar su trayectoria en la ‘virtualidad’ después de la muerte de alguien.

La tecnología que estamos  promocionando y presentando hoy es una ‘nueva forma de mantener a los seres queridos en la memoria’ y una oportunidad para el intercambio intergeneracional, es decir, experiencias no posibles hasta ahora.

Sin embargo, ser virtualmente humano no significa que tendremos una réplica perfecta de cada matiz de la mente, y no es esa la promesa de la IA, o de la realidad aumentada (RA) o la realidad virtual (RV). Se trata de replicar funciones humanas, de la misma manera que un avión no es un pájaro, sino una réplica de su capacidad de volar.

Pero seamos realistas: a nadie le gusta pensar en la muerte. Claro, algunos realmente lo hacen, pero es difícil  y doloroso de aceptar, y por supuesto es más si son las personas a quienes amamos. Cuando se van demasiado pronto, nos arrepentimos de no haber disfrutado más tiempo con ellos.

Una ruta mejor, no es la única, podría entonces residir en el mundo digital. Si lo piensan es la más barata y práctica hacia la inmortalidad,.

¿Qué pasará con tu huella digital cuando mueras?

¿Se perderán para siempre los miles de fotografías, tus aprendizajes y experiencias, las historias, los recuerdos, ideas y pensamientos? 

Una versión virtual posthumana de nosotros mismos podría seguir viviendo e interactuando con nuestros seres queridos mucho después de que nos hayamos ido. 

Antiguamente, solíamos hablar con las fotos de nuestros seres queridos o ir a un cementerio. Pero ahora, qué gran parte de nuestras vidas la transcurrimos en línea, las lápidas digitales rápidamente se están convirtiendo en una forma más práctica de llorar el duelo.”

Al finalizar su presentación, abrió una ronda de preguntas y una persona del público levantó la mano para hablar.

—¿Y qué hay de las implicaciones éticas? ¿Qué significa traer de vuelta a personas sin su consentimiento? ¿Qué pasa con el uso de los Ecos para personas cercanas que hemos perdido un ser querido?— preguntó una mujer de buena presencia, adulta, con gesto adusto, sorprendida, que había levantado la mano.

Entiendo sus preocupaciones. Los Ecos no son las personas originales, son reconstrucciones basadas en datos. Sin embargo, nos ayudan a recordar y a sentirnos conectados con quienes ya no están— le contestó Alejandro.

Fue entonces que Carlos tomó la palabra, tratando de amortiguar el golpe incisivo de la mujer a Alejandro y tratando de ayudar a su amigo en el tema ético:

—El uso de los Ecos puede interferir con el proceso de duelo y sanación. Recordemos que parte de ser humano es aprender a dejar ir, a olvidar. ¿Estamos preparados para vivir en un mundo donde los muertos no desaparecen realmente? Con seguridad el tema ético queda abierto y necesitamos pensar y discutir sobre ello.

Los presentes entre ellos empiezan a cuestionar  el concepto de la inmortalidad digital. En el salón se produce un murmullo desordenado y molesto. No dejan de preguntarse y buscan respuestas sobre la posibilidad que se presenta a través del programa Ecos. 

Por ejemplo, algunos discutían sobre:

  • La naturaleza de la identidad y la memoria.
  • La evolución de las relaciones humanas en un mundo con tecnología tan avanzada. Se preguntan ¿Qué futuro nos espera?
  • El conflicto entre progreso tecnológico y los valores humanos tradicionales.

Y así, con las últimas palabras de Carlos, Alejandro, temeroso,  dio por concluido el evento. Era tarde, el tema se estaba poniendo espeso y los murmullos del público seguían creciendo.

En un simplificado resumen, podríamos decir que la reacción de la presentación fue mixta: algunos estaban fascinados y otros horrorizados. Lo que no había ninguna duda es que la charla dejó pensando a más de uno. Por suerte, no salió el tema del precio y la forma de comercialización. Los valores previstos para tener Ecos eran cuantiosos. 


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