06 – Charla de Sofía con su padre

Pasaron varios días desde que Alejandro leyó la carta y pedido opinión a Sofía sobre sus encuentros con el Eco de Elena. Fue difícil tener un momento tranquilo juntos para conversar in extenso. No se daba. Sofía siempre encontraba una excusa para no hacerlo; llamadas de sus amigas, que tenía que estudiar y no podía, que debía salir de compras, todas eran excusas válidas, siempre hallaba una. Pero, esa noche, Alejandro se puso a cocinar y le hizo a Sofía su comida favorita. Ella amaba los «espaguetis con salsa scarparo» y no tuvo escapatoria.  Esa noche comieron juntos y lograron conversar.

—Papá, he estado pensando en los Ecos y cómo los datos que cargamos pueden influir en cómo ellos se comportan. ¿No te preocupa que estés creando versiones sesgadas de las personas?—Le preguntó  Sofía a su padre.

—¿A qué te refieres exactamente?—

—Bueno, por ejemplo: si la mayoría de los recuerdos que tenemos de alguien son de ciertos momentos o aspectos de su personalidad, fotografías por ejemplo, ¿no estamos creando una imagen incompleta o incluso distorsionada? Los Ecos no pueden captar todo de una persona, especialmente si nuestros datos están sesgados—

—Es un buen punto. Los datos que cargamos provienen de nuestras percepciones y recuerdos no son perfectos. Pero hemos intentado hacerlos los más completos y variados posibles—

—Aun así, los datos reflejan más lo que recordamos y lo que valoramos de esa persona, no necesariamente quién era realmente. Y eso podría influir en cómo el Eco interactúa con nosotros y con otros— Sofía le contesto con un grado de insolencia.

—Es cierto. Los algoritmos y los datos cargados pueden introducir sesgos, dependiendo de cómo procesen la información. Pero hemos implementado mecanismos para reducir eso, además en mi caso, me he preocupado de integrar datos culturales de la manera de ser argentino.

—Pero, ¿y si esos mecanismos no son suficientes? ¿Y si estamos reforzando estereotipos o malinterpretaciones? Piensa en cómo eso podría afectar a los Ecos de figuras populares o históricas. Podríamos estar perpetuando una visión sesgada de sus vidas.

—Entiendo tus preocupaciones. Necesitamos ser conscientes de estos riesgos y trabajar para mejorarlos. Es un desafío ético y técnico que no podemos ignorar. Pero, siempre queda como alternativa ser más transparentes sobre las limitaciones de los Ecos con los usuarios— contesto Alejandro a su hija.

—Creo importante que la gente sepa que los Ecos no son perfectos, sino interpretaciones o representaciones inacabadas. Debemos evitar que las personas confíen ciegamente en ellos y los vean como una herramienta para recordar, no como sustitutos de la realidad— agregó Sofía dando por cerrada la charla.

—Tienes razón, Sofía. Tal vez es hora de revisar nuestra política y asegurarnos de que estamos manejando estos problemas con la seriedad que merecen.

La carga de la carta a los datos de Elena

Sofía, advirtiendo la lucha interna de su padre, su testarudez, decide a escondidas cargar el contenido de la carta en la memoria digital del Eco de Elena.

Luego,  la siguiente vez que Alejandro habló con el Eco, noto cambios en el comportamiento del avatar de Elena, y lo sintió diferente, provocando en él una reacción inesperada.

—Elena, ¿qué quieres decir con que debemos olvidar?— preguntó Alejandro, sintiendo una punzada de dolor en el pecho.

—Olvidar es parte de la vida, Alejandro. Es necesario para poder avanzar— respondió Elena, con una serenidad que reflejaba las palabras escritas en la carta.


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