Mi madre, profesora de labores, me contaba que conoció a las hermanas Duarte en Junín, hoy una relevante ciudad de la provincia de Buenos Aires. Ella contaba que las hermanas Duarte, excepto Eva, una joven rebelde, fueron alumnas suyas, en un curso de bordado organizado por la empresa “Singer” en esa ciudad.  Les cuento esta anécdota cercana a fin de reforzar la veracidad de los hechos de las narraciones siguientes.

La historia dice que el 7 de mayo de 1919 nació Eva Perón en la localidad bonaerense de Los Toldos. Con una dura infancia, llena de privaciones y sacrificios, fue siempre señalada en el pueblo porque su madre era “una concubina”, una verdadera condena para los cánones morales de la época.

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Eva Duarte de Perón —Evita— era una integrante más de las hermanas Duarte: Blanca, Elisa, y Erminda, y tenían como hermano a Juancito Duarte^[1] el único varón.

Los hermanos Duarte eran hijos de Juan Duarte, un hacendado relevante de la Provincia de Buenos Aires, en las cercanías de la ciudad de Junín. 

Duarte tenía 67 años y desde el 1 de septiembre de 1919 era viudo de su prima hermana Adela Uhart, con quien había tenido seis hijos: Adelina, Catalina, Pedro, Magdalena, Eloísa y Susana. Dirigente del partido conservador, en Los Toldos, se dedicaba a la explotación agrícola ganadera. Arrendaba la estancia “La Unión” y administraba el establecimiento “La Porteña”.

En la estancia “La Unión”, a unos veinte kilómetros de Los Toldos, mantenía otra familia con Juana Ibarguren, con quien tuvo a Blanca, Elisa, Juan, Erminda y Eva, todos anotados como hijos naturales. 

La que sería Evita nació el miércoles 7 de mayo de 1919. Su mamá fue asistida por Juana Rawson de Guayquil, una comadrona mapuche, de la tribu de los Coliqueo. Fue anotada en el registro civil de Los Toldos como Eva María Ibarguren y bautizada así en la parroquia Del Pilar.

Cuando muere, Juan Duarte fue velado en la casa de uno de sus yernos. Hasta allí, Juana Ibarguren se dirigió para que sus hijos diesen el último adiós a su papá. 

Pero, por la intervención de una de las hijas legítimas del poderoso hacendado, tuvieron un cuestionamiento para entrar al velorio, hasta que, poco después, pudieron despedirse sin problemas del muerto.

Agustín Magaldi, un conocido filibustero de Junín ligado al ambiente artístico, cantor de tangos, facilita a Evita a instalarse en Buenos Aires, donde conoce al General Perón.

Como mencionamos anteriormente, Eva Perón muere muy joven, enferma de cáncer, estando casada con Perón. Ella era intempestiva, pasional, luchadora, y amada por su pueblo. En sentido inverso, Evita fue el blanco de las peores reacciones de una buena parte de la sociedad argentina; “Viva el cáncer”, llegó a leerse en algunos muros de la ciudad porteña. 

Recordando al “personaje sin nombre” del cuento de Borges anteriormente citado, la “pasión y la muerte”, una vez más estuvieron dando el presente.

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^[1] En la mañana del 9 de abril de 1953 hallaron sin vida a Juan Duarte, el hermano deEvita. Inajuro Hashimi, su mayordomo, encontró el cadáver en su habitación de la calle Callao arrodillado frente a su cama con un orificio de bala en la sien y rodeado de un charco de sangre. Los peritos dijeron “muerte dudosa”. Existen otras opiniones que indican que su muerte fue ordenada por Perón. Ya había muerto Evita y se lo acusaba de tener negocios sucios.