05 — La historia de la Calavera de Juan Moreira

La tumba[1] de Juan Moreira fue lugar de peregrinación siguiendo los ritos propios de la veneración de los bandidos sociales, aquellos legendarios justicieros tales como Robin Hood, que actuaban como líderes de la protesta campesina, aunque el estudio de las causas de Moreira, hechas por los doctores Ricardo Levene y Guillermo Mac Laughlin lo señalan como «un violento, un criminal, un vulgar matón de pulpería… pendenciero, tramposo y borracho».

¿Héroe popular o bandido? ¿Víctima o victimario? La oportunidad de dilucidar el enigma se presentó cuando el cuerpo de Moreira llevaba 3 años enterrado en el cementerio de Lobos. Fue entonces que el Dr. Eulogio de Mármol exhumó el cadáver y conservó el cráneo a fin de estudiarlo a la luz de las teorías lombrosianas[2].

Sin llegar a una conclusión sobre el origen de su criminalidad, Del Mármol le regaló el cráneo a su colega y amigo, un médico de Lobos, llamado Tomás Liberato Perón quien tampoco encontró en este los estigmas criminales. 

Para disipar las dudas, el Dr. Perón se lo facilitó al frenólogo[3] más conocido del momento, el Dr. Octavio Chaves, quien después de un detallado estudio de la cabeza de Moreira arribó a las mismas conclusiones que sus colegas: era el cráneo de un individuo normal, que «concibió por alcance propio, el derecho personal que lo asistía y repelió la fuerza con la fuerza, hasta que fue vencido por la fuerza», certificó Chaves, en enero 1928.

Al fallecer el Dr. Perón, el cráneo fue a parar a manos de su esposa, Dominga Dutey Cirus, quien a posteriori se lo cedió en herencia a su hijo Mario Tomás. Este conservaba el cráneo de Moreira en su estudio, en perfecto estado de preservación, hasta que su hijo “Pochito”, más conocido para la historia como Juan Domingo Perón, pretendió asustar a una vecinita, con tal mala fortuna, que el cráneo cayó y Juan Moreira perdió algunos dientes a mano del niño.

La calavera de Juan Moreira simboliza la continuidad de la lucha por la justicia a lo largo del tiempo. Aunque pertenecen a épocas diferentes, tanto Moreira como Perón compartieron un compromiso con la lucha contra la injusticia.


[1] Su tumba en el cementerio de Lobos 

[2] Cesare Lombroso, el criminólogo italiano defiende que un delito es el resultado de los impulsos o tendencias innatas de una persona y que pueden observarse ciertos rasgos físicos en los delincuentes habituales. Estos rasgos van desde asimetrías craneales hasta la forma de la mandíbula o de las orejas.

[3] La frenología (del griego: φρήν, fren, ‘mente’, y λόγος, logos, ‘conocimiento’) es una antigua teoría pseudocientífica, sin validez en la actualidad, que afirmaba la posible determinación del carácter y los rasgos de la personalidad, así como las tendencias criminales, basándose en la forma del cráneo, cabeza y facciones.


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